Desde hace varias décadas se ha puesto en boca de todos una frase que ya nos suena muy familiar: Do it yourself o en castellano, hazlo tu mismo. En la música este movimiento también se ha hecho notar. Gracias a los avances tecnológicos cada vez hacen falta menos recursos para sacar un disco y esto es simplemente maravilloso.

Uno de los casos más populares que tenemos en nuestras mentes, es el éxito de la artista Billie Eilish, creado “íntegramente” desde su habitación. Esto, que sin duda fue una de los grandes acontecimientos musicales de nuestra era y ha supuesto, para muchos, el último empujón para pasar del do it yourself al Do it alone, One-man band o en castellano banda de un solo hombre. Y por su puesto no me refiero a esos músicos cargados con un bombo a la espalda al estilo de Dick Van Dyke en Mary Poppins, si no más bien a los que tratan de componer, producir, tocar, grabar, mezclar y masterizar, sus propias canciones, pero ¿Tiene esto algo que ver con el do it yourself? ¿Qué tiene de bueno? ¿Tiene algo de malo? Para descubrir la verdad, veamos de dónde viene todo esto.

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A finales de la década de 60 surgió un movimiento musical irreverente, no solo por la música que hacían, también por su forma de vestir, de expresarse e incluso de vivir dentro de su entorno, nació el Punk. Aunque esta etiqueta no apareció hasta años más tarde. 

Whole Earth Catalogue 30th anniversary Este movimiento, pretendía ser un movimiento antisistema, anticapitalisa. Es por ello que se asoció con otro movimiento que llevaba en el aire desde principios del siglo XX, el do it yourself” DIY. Aunque surgió, inicialmente, para animar a la gente a hacer pequeñas labores de bricolaje en casa como un hobbie, a finales de los 60 debido a la crisis social y al desempleo se había convertido en todo un arma anticapitalista que tuvo su gran explosión 1969 con la edición del libro-magazine Whole Earth Catalog de Stewart Brown, un libro en el que catalogaba muebles y elementos sobre todo de carpintería, que cualquiera se podría construir en casa con madera, clavos y un martillo.

 ¿Y qué tenía esto que ver con la música? Algunos de esos grupos de punk que estaban surgiendo comenzaron a aplicar estos conceptos a la industria musical,  grababan sus temas en casa con equipos no profesionales, producían sus propios albums y eran capaces de distribuirlos, comercializarlos y promocionarlos de forma independiente, creando su propia infraestructura de clubs, salas de conciertos (muchas ilegales), promotores, magazines, etc. 

Y desde entonces el termino do it yourself se ha vinculado a otros términos como música independiente o autoproducida.

Este movimiento no ha parado de extenderse desde la década de los años 80 y 90 de forma orgánica hasta nuestros días, donde los músicos ya no necesitan del distribuidor clásico para llevar su música más allá de su propia ciudad. Internet hace que la distribución sea mucho más sencilla. 

Esto, desde luego supone un avance para la música y para la industria musical. Quizás no tanto para la anticuada industria musical. Los tiempos han cambiado y ya no son tan necesarias las grandes discográficas que financian un album o las distribuidoras que ponían ese disco en todos los lugares de un área determinada. Por lo que cada vez es mayor la cantidad de música comercializada de forma independiente. Pero no nos distraigamos con la industria y volvamos a la música. 

Este afán por ser independientes junto al desarrollo de la tecnología, han hecho que ya no sea necesario ir a un estudio de un millón de euros para poder grabar un disco, ahora, cualquier artista con un ordenador, un micrófono y el software adecuado puede hacer discos completos desde casa.

En parte esto no es nada nuevo, ya pasaba antes. Grandes músicos de sobra conocidos realizaban ellos mismos las grabaciones de todos o de la mayoría de los instrumentos en sus albums: Stevie wonder, Paul McCartney, Prince o Mike Oldfield, son solo algunos de ellos.

Sin embargo, ninguno trabajaba solo, la tecnología del momento no se lo permitía. En la canción Superstition de Stevie Wonder, es el quien se encarga de grabar todos los instrumentos salvo el saxo y la trompeta. Pero cuenta con la ayuda de varias personas para la parte técnica. Dos ingenieros de grabación: Austin Godsey y Joan DeCola. Y dos ingenieros de mezcla Malcom Cecil y Robert Margouleff, quienes también figuran como productores.

Pero ¿Qué ocurre ahora que la tecnología ha cambiado?

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El avance tecnológico ha llevado a muchos artistas a tratar de realizar todo el proceso por sí solos, de forma individual. Muchos artistas emergentes ven en este cambio una nueva oportunidad para alcanzar la fama sin la necesidad de contar con nadie más que con ellos mismos, su futuro está únicamente en sus manos y eso desde luego, es un pensamiento muy positivo.

Billie Eilish y Finneas

Así, para conseguir su objetivo pasan de dedicarse únicamente a mejorar sus composiciones a tener que aprender también algo de grabación, conocer equipos, software, técnicas de mezcla, algunos trucos de acústica para conseguir que su voz no suene mal grabada desde su cuarto y un largo etc que conlleva un montón de tiempo invertido en aprender y realizar otras labores que no son las propias de un artista y que lo alejan de mejorar la forma en la que tocan su instrumento, de producir música más original o de desarrollar su propio estilo.

Mientras el do it yourself supuso un gran avance para la música el do it alone, no aporta nada bueno.

Algunos diréis que eso no es así, que estoy anticuado y que solo hay que mirar los últimos grandes éxitos para ver que el talento individual puede ser aplicado en múltiples áreas y triunfar solo con el apoyo de uno mismo. De acuerdo, analicemos uno de los estandartes de esta manera de pensar Billie Eilish

Su caso, es un caso de éxito como pocos en las últimas décadas, su música es increible, 5 premios grammy con un album hecho por ella y su hermano Finneas O´Connell, íntegramente desde casa. Un momento ¿Integramente? 

  • Billie Eilish – When we all fall asleep, where do we go?: 
    • Producción: Finneas O´Connell
    • Composición: Billie Eilish y Finneas O´Connell
    • Mezcla: Rob Kinelski
    • Asistente de mezcla: Casey Cuayo
    • Mastering: John Greenham

Parece que integramente no. Rob Kinelski es un ingeniero de mezcla que ha trabajado con: Drake, Ed Sheeran, Karol G, Miley Cirus y un largo etcetera. John Greenham por su parte tiene en su haber más de 100 discos masterizados.

Otro ejemplo:

  • Rosalía – El Mal Querer:
    • Composición: Rosalia y El Guincho
    • Grabación: El Guincho
    • Mezcla: Jaycen Joshua
    • Asistentes de mezcla: Jacob Richards, Mike Seaburg y Rashaw Mclean
    • Mastering: Chris Athens

Parece que tampoco lo ha hecho íntegramente una sola persona, ni desde su cuarto. 

Aunque la mayoría de las composiciones fueran en su cuarto, los ingenieros de mezcla y mastering han trabajado en estudios con equipamiento profesional y con una acústica pensada para ello. Y por supuesto con años de estudio y de experiencia a sus espaldas.

Según un estudio del año 2016 en el que analizaban las 100 primeras canciones de ese año en la lista bilboard, el promedio de compositores era de 4,5 para cada canción. Otro estudio del año 2018, sobre las 25 más vendidas llevó ese número hasta 6,48. 

La música siempre ha sido algo hecho entre humanos, es muy difícil que una persona sola pueda reunir todas las aptitudes y capacidades de un equipo entero, cuanta más gente participa en una obra ,más recursos hay sobre la mesa para poder diseñarla, más técnicas, más creatividad, más posibilidades de elevar la obra a un nivel nunca imaginado.

Está claro, que como en todo, hay excepciones. Casos como Justin Vernon, líder de Von Iber o Kevin Parker de Tame impala, han llegado a crear sus obras desde casa, grabarlas y mezclarlas ellos mismos, a veces con más o menos recursos pero con un éxito y una calidad indudables. 

No le quitemos mérito a ninguno de ellos, ni a Rosalía, ni a Billie Eilish, pero no confundamos la realidad con las estrategias de marketing de quienes quieren vivir del éxito de otros, e intentan hacer pensar a los demás que ellos también pueden triunfar “solos” y “desde su cuarto con un portátil”. Porque amigos, seguramente os estén vendiendo humo en forma de cursos, ebooks, un nuevo plugin mágico o polvo de cuerno de unicornio.

Está claro que es posible recorrer el camino haciéndolo todo solo, pero trabajando en equipo el camino es más corto y las posibilidades de éxito mucho mayores.

Sigamos creciendo con el do it yourself y olvidemos el do it alone.